Creación 2025 Espectaculos de plazas

Gravedad cero

"Gravedad cero" es un espectáculo coproducido por la ciudad de Nantes y Nantes Métropole, el Ministerio de Cultura, con el apoyo del Estado y la Dirección Regional de Asuntos Culturales (DRAC) de los Países del Loira.

Un equipo de cine de 10 personas, compuesto por un productor, un director, actores, especialistas en efectos especiales y un maquillador, se ve envuelto en la vorágine de su producción. Están rodando un episodio para una serie de televisión. Se encuentran en gravedad cero: existe la gravedad cero que conocemos, relacionada con la fuerza de la gravedad, y la que experimentamos en nuestras emociones cotidianas. El equipo de rodaje, con un presupuesto reducido, deberá adaptarse al guion que va descubriendo.

Y con razón! El director está ausente, el camarógrafo ha perdido el tren y el productor, ocupado en otro rodaje, ha sido sustituido en el último momento. Solo la script tiene una idea aproximada de la investigación que debe llevar a cabo un comisario soviético venido del futuro (2200) para resolver el enigma de los asesinatos cometidos de padres a hijos e hijas desde el año 1962 en una droguería (bazar).

Esta colaboración atemporal rebota entre 2025 (época real del rodaje ante los espectadores) y la de las películas policíacas: un homenaje a los ambientes machistas al estilo de Michel Audiard (Les Tontons flingueurs, etc.). Pero trabajan por una buena causa, ya que se trata nada menos que de remontarse a través de las generaciones hasta la cadena de asesinos de mujeres encontradas con el rostro aplastado por un golpe de pala (de jardín). Basada en un hecho real de actualidad: «¡Me molestaba, así que la maté a golpes con una pala!».

Al mismo tiempo, la vida de un equipo unido y desarticulado, dividido entre la inutilidad de su lugar en el mundo y la fascinación por crear, me recuerda el malabarismo cotidiano presente en «Short Cuts» de Robert Altman o en «La noche americana» de François Truffaut: «En las películas no hay atascos, no hay tiempos muertos. Las películas avanzan como trenes, ¿entiendes? Como trenes en la noche...». Así se suceden los feminicidios.

El inspector Yuri y su robot, el sargento Mazarin, llegan del futuro para resolver el caso.

Sargento: «... ¡¿Y si fuera su esposa quien la hubiera matado, jefe?!». Comisario: «¿No te habrías equivocado... ¿Y si tuvieras razón?». - Sargento: «La razón nunca se equivoca, jefe, a menos que tenga motivos para equivocarse, y si se equivocara con razón, es porque no hay nada malo en tener razón». - Comisario: «¡Tu razonamiento es retorcido!».

Justo antes de descubrir la llegada del comisario Youri, el comisario Froussard se acerca al cuadro en el que están fijadas las caras aplastadas de las víctimas. Respira hondo y comienza a enumerar: «Joséphine de Muche, hallada muerta en un campo de trigo en 1954 en Dublín. Brigitte Proutou pegada con cinta adhesiva al techo de un autobús en Varsovia en 1959. Sylvette Potin aplastada contra un edificio de la calle Michelin en 1961 en Estambul. Germaine Bricot flotando en el canal de Suez. Giselle Truc, hallada bajo un edredón debajo de su lavadora en Berlín... ¡Cuántas mujeres aplastadas!». - Sargento: «¡Jefe! ¡Mire! ¡Un cosmonauta!».

Pues manos a la obra, chicos! Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va a hacer? Así que arremanguémonos y pongámonos a ello. Quitémonos los tirantes, quitémonos la camisa y, si hace falta, ¡cagémonos en los calzoncillos!

Sargento: «Oiga, jefe, ¿puedo hacerle una pregunta?... Para dedicarse a esta profesión, ¿hay que querer a la gente?» - Comisario: «En parte sí...» - Sargento: «Entonces, ¿por qué los arrestamos todo el tiempo?». - Comisario: «Bueno, tal vez nos pagan por tener principios morales... Bueno, vamos, muchachos: ¡registro en la casa de la esposa del dueño del bazar!»

Sargento: «Pero la moral de unos no es necesariamente la de otros, y si solo atracamos a los pequeños, ¿cómo pueden saber los grandes de arriba que los estamos vigilando?». Comisario: «Ah, eso es una cuestión de sueldo. Nos pagan por atrapar a los pequeños. Los grandes, en cambio, tienen sueños para no tocarlos». - Sargento: «A mí me gustaría imaginar algún día que los sueños se invierten...». - Comisario: «¡Pero es la ley, chico!». - Sargento: «Sí... pero la ley puede ser ciega, jefe, tanto como la justicia cuando se desliza cerca de la verdad sin mirarla».

Persecución - Accidente : Escena 15, toma 8. ¡Clap! ¡Motor! ¡Rodando! ¡Acción!

Miren! ¡Está escapando por las vías! Ahí está... Ha desaparecido... ¡Vuelve! - Comisario: «¡Vamos! ¡Me están pasando el asfalto del sótano al ático y me lo están aplastando como a un conejo!»

Sargento: «¿Y qué hacemos con las zonas oscuras?» - Comisario: «Las deslizamos detrás de las orejas. Cierras los ojos, las hueles... inspiras...». - Sargento: «¿Inspiro?» - Comisario: «¡Sí, inspiras! Y cuando espiras, aspiras a la conclusión. Y precisamente de la conclusión se encarga el inspector Yuri en la próxima serie. ¡Fin del episodio! Nosotros nos vamos en teleférico a Brasil en el 82 a recoger las huellas aplastadas. No hay más dinero, han recortado los presupuestos». - Sargento: «¡Sí, como las cabezas de las mujeres, jefe!». - Comisario: «¡Un poco de respeto, por favor, Langlois!». - Sargento: «Bueno, al fin y al cabo, a fuerza de matarlas, ¡ya no quedarán más! ¿Cómo las vamos a besar entonces?».

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